Baptism / Bautismo

Baptism Bautismo

Amen, amen, I say to you, no one can enter the kingdom of God without being born of water and Spirit. (John 3:5)

Amén, amén, les digo que nadie puede entrar en el reino de Dios sin haber nacido del agua y del Espíritu. (Juan 3:5)


The sacrament of baptism ushers us into the divine life, cleanses us from sin, and initiates us as members of the Christian community. It is the foundation for the sacramental life. El sacramento del bautismo nos introduce en la vida divina, nos limpia del pecado y nos inicia como miembros de la comunidad cristiana. Es el fundamento de la vida sacramental.

Freed from Sin Liberado del pecado

Baptism frees us from the bondage of original and actual sin. Water is poured in the name of the Father, the Son and the Holy Spirit. Today, the sacrament of baptism is often performed on infants, shortly after birth. Adult baptisms take place at the Easter Vigil through the restored Rite of Christian Initiation for Adults. Adults or children who have been baptized in a valid Christian church are not baptized again in the Catholic church. As we say in the Nicene Creed, “I confess one Baptism for the forgiveness of sins…”

The Catechism teaches:
"The fruit of Baptism, or baptismal grace, is a rich reality that includes forgiveness of original sin and all personal sins, birth into the new life by which man becomes an adoptive son of the Father, a member of Christ and a temple of the Holy Spirit. By this very fact the person baptized is incorporated into the Church, the Body of Christ, and made a sharer in the priesthood of Christ" (CCC 1279).

El bautismo nos libera de la esclavitud del pecado original y actual. Se vierte agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Hoy en día, el sacramento del bautismo se realiza a menudo en bebés, poco después del nacimiento. Los bautismos de adultos tienen lugar en la Vigilia Pascual a través del Rito restaurado de Iniciación Cristiana para Adultos. Los adultos o niños que han sido bautizados en una iglesia cristiana válida no son bautizados nuevamente en la iglesia católica. Como decimos en el Credo de Nicea, “Confieso un Bautismo para el perdón de los pecados…”

El Catecismo enseña:
"El fruto del Bautismo, o gracia bautismal, es una rica realidad que incluye el perdón del pecado original y de todos los pecados personales, el nacimiento a la vida nueva por la que el hombre se convierte en hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo y templo del Espíritu Santo. Por este mismo hecho, el bautizado se incorpora a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y se hace partícipe del sacerdocio de Cristo» (CIC 1279).

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